El desarrollo económico de nuestro actual modelo de sociedad de consumo ha
proporcionado a los ciudadanos inmensos progresos técnicos y ha mejorado en muchos
aspectos nuestra calidad de vida. Salud, alimentación, comunicaciones, cultura, están a
nuestra disposición, ofreciéndonos posibilidades de bienestar que nunca antes habían existido.
Pero esta sociedad ha generado también dos importantes problemas que es necesario
afrontar:
- · En primer lugar los problemas medioambientales. Ciertos hábitos de consumo y modos de vida que se han implantado en nuestra sociedad son claramente incompatibles con el mantenimiento de nuestro entorno medioambiental a corto o medio plazo. Esta crítica “ecologista” a la sociedad de consumo ha dejado de ser patrimonio de una minoría, más o menos concienciada, para convertirse en una realidad innegable, avalada por las investigaciones científicas más serias y desapasionadas. Se está tomando conciencia de que, si no modificamos nuestros hábitos de consumo actuales podemos llegar a ver amenazada la propia existencia de la vida humana en el planeta.
- · El segundo problema es el impacto psicológico y social que acarrean los valores y modos de vida consumistas. El enorme poder e influencia de la publicidad, el desarrollo de las técnicas de marketing y la aparición de procedimientos comerciales y bancarios especialmente “agresivos” han tenido un impacto negativo en determinados aspectos de los hábitos de vida y del desarrollo personal de los ciudadanos. De esta forma, han ido en constante aumento diversos problemas relacionados con el comportamiento de los consumidores: la adicción al consumo, la compra impulsiva, la falta de autocontrol en el gasto, el sobre endeudamiento, etc.
En la sociedad actual una gran parte de las personas buscan la felicidad y la realización personal a través de la compra, y entran en una incesante cadena de gasto. Como la satisfacción que proporciona el consumo se rige por la ley de los rendimientos decrecientes, esta vía lleva a un callejón sin salida. Esto explica la contradicción que supone que las personas que viven en sociedades más desarrolladas sean, tan y felices y llenas de problemas psicológicos.
INCIDENCIA Y REPERCUSIÓN SOCIAL DE LA ADICCIÓN AL CONSUMO Y LA FALTA DE AUTOCONTROL EN LA COMPRA.
Aunque en todas las épocas se han referido casos de personas obsesionadas por la compra, no se puede hablar de un problema social generalizado hasta la aparición de la sociedad de consumo. Efectivamente, en los primeros estudios sobre la adicción a la compra, llevados a cabo por Kraepelin, se prestó atención a personas, generalmente mujeres, que presentaban un comportamiento muy incontrolado y excesivo.
Pero a partir de los años ochenta resultó patente el espectacular aumento del número de personas con problemas de autocontrol en la compra y en el gasto. Si embargo, la falta de sensibilidad y atención social hacia los excesos en una actividad tan habitual como la compra, hizo que fueran considerados asuntos menores e incluso que a algunos les pareciera que se trataba de “inventar nuevas enfermedades” o de reinventar los trastornos compulsivos que siempre habían existido. Este aumento relacionado con la compra y el gasto se producía al mismo tiempo que se extendían en la sociedad las actitudes y comportamientos más consumistas.
ADICCIÓN AL CONSUMO, COMPRA IMPULSIVA, Y OTROS COMPORTAMIENTOS
PROBLEMÁTICOS RELACIONADOS CON EL CONSUMO Y EL GASTO.
A menudo se utiliza el término “adicción al consumo” o “adicción a la compra” de forma
muy amplia, para referirse a las diversas manifestaciones de descontrol o atracción excesiva hacia la compra que presentan los consumidores en nuestra sociedad. Pero sería posible distinguir en el comportamiento individual tres tipos de problemas:
La adicción a la compra como actividad de ocio en nuestra sociedad, actividades como, visitar tiendas, o pasar horas en centros comerciales es muy comun, aunque realmente no se necesite comprar nada, se han convertido en una forma de ocio, en una distracción. Es normal que este tipo de actividades resulten atractivas para muchas personas. Sin embargo muchas personas acaban estableciendo un tipo de relación excesiva, una adicción exagerada a estos comportamientos.
Adicción al consumo y compra impulsiva la adicción al consumo y la compra impulsiva están interrelacionadas y en ambas se manifiesta un mismo comportamiento: la carencia de autocontrol para regular las compras y contener los impulsos. Este concepto se refiere al proceso psíquico por el que muchas personas no son capaces de controlar sus deseos o sus impulsos y someterlos a la reflexión o la crítica antes de la compra Es posible que sienta cierto placer al realizarlas o una sensación de alivio al ceder ante la tensión que le provoca el deseo de compra, pero después se arrepentirá de la compra efectuada. Este arrepentimiento, en el caso de personas con problemas intensos de adicción al consumo, puede llegar a ser una sensación de culpa y malestar muy profunda, aunque para la mayoría de los consumidores, simplemente el objeto deja de ser atractivo una vez comprado y se quiere devolver, o se olvida y no se usa jamás.
La falta de autocontrol económico es la incapacidad constante para ajustar los hábitos de gasto a las posibilidades económicas de cada sujeto. Hay una absoluta incapacidad para controlar el dinero personal o familiar racional mente y disciplinar los gastos, por superfluos que objetiva mente sean cuando la persona entra en la rueda de “vivir crédito” se va acostumbrando a enlazar un préstamo con otro, va aumentando su número y la “alegría” con la que se endeuda. El resultado final es el sobreendeudamiento activo, o “culpable”, es decir, el que se deriva de la propia conducta desordenada del consumidor.
Bibliografia:
Conclusión:
Para concluir puedo decir, que el marketing y la publicidad influyen de varias formas, y de manera fuerte psicológicamente. Una persona puede llegar a ser adicta al consumo de las compras gracias al marketing, quedo bien claro eso. Como ya dijimos, este fenómeno tiene varias formas de “atacar” al individuo y la más conocida es mediante el consumo excesivo y las compras sin parar. Gracias a esto, muchas personas sufren de estos problemas y se les hacen muy difíciles terminar con este conflicto. En este post, no solamente se habla de las personas adultas, sino que se habla de cualquier tipo de personas, sea desde los niños hasta los adultos, el marketing y la publicidad afectan de diferentes maneras, a cualquier persona y dejan marcas de distintos tipos, como por ejemplo: la necesidad de comprar impulsiva y excesivamente.
Fiorella Cabrera